Campo Litoral
TRABAJO DE EXTENSIÓN DEL INTA SANTA FE
Tecnología para sacar la quinta
adelante
Algunos quinteros del cinturón
hortícola se sumaron al programa Cambio Rural con el objetivo de ganar
competitividad y sortear la crisis del sector. Aunque parciales, porque aún no
está terminado el análisis, un ensayo de cultivo de lechuga sobre mulching con
riego por goteo arrojó datos alentadores.
Juan Manuel Fernández
jmfernandez@ellitoral.com
Los productores del cordón frutihortícola santafesino aparecen en la
agenda pública cada vez que un evento climático arrasa los campos, pero poco se
dice o se explica acerca de las deficiencias estructurales del sector y las
posibilidades de iniciar un camino de recuperación.
La dinámica es casi siempre la misma: cae granizo en la ciudad (o una
helada o lluvias superiores a la media), el noticiero busca un testimonio entre
los productores e inmediatamente se hacen los cálculos de cuanto subirá la
lechuga en las verdulerías. Al día siguiente la agenda es otra y en el campo
todo sigue igual.
Apenas se han conseguido, por gestiones del sector, algunos insumos subsidiados
que por sí solos no alcanzan para revertir una crisis en la que se combinan una
creciente atomización, nula tecnificación, escaso asesoramiento, baja capacidad
de mercadeo, escasez de mano de obra y altísima volatilidad de precios, factor
que dificulta mucho -por ejemplo- la planificación y el acceso al crédito.
Entre los técnicos del Programa Federal de Reconversión Productiva para
la Pequeña y Mediana Empresa Agropecuaria del INTA, más conocido como Cambio
Rural, el diagnóstico es preciso. Por ello es que dos o tres años atrás
comenzaron a contactar quinteros de la periferia capitalina hasta conformar los
5 grupos que actualmente trabajan asesorados por ingenieros agrónomos (más
otros 5 en la zona de la costa, entre Santa Rosa y Helvecia). Además de las
reuniones periódicas, en las que intercambian experiencias y reciben
información técnica, realizan ensayos para evaluar nuevas tecnologías. El más
reciente consistió en producir lechuga sobre mulching con riego por goteo y
fertilización. Los resultados, aún parciales, son auspiciosos: además de un
producto de mejor calidad y presentación -variables que pueden mejorar el
precio de venta y la colocación- se obtuvieron rendimientos entre 22% y 64%
superiores, según la variedad.
Menos y más chicos
Ariel Belavi, jefe de la Agencia de Extensión Rural del INTA en Santa Fe
(radicada en Angel Gallardo), oficina que coordina el trabajo de los grupos de
Cambio Rural, caracterizó la situación del sector. “Partimos de un diagnóstico
que nos indica, según un relevamiento, que en los últimos años nos cambió el
público objetivo; hubo un cambio en los productores, se atomizó mucho la
superficie: más del 50% de los productores tiene una superficie menor a las 5
hectáreas”.
Para llegar a este punto contribuyó el comportamiento de los jornaleros
bolivianos que, con el tiempo, se independizaron y fueron alquilando a otros
productores que redujeron su área cultivada una porción de tierra para hacer su
propia producción. “Entonces tenemos -explicó el funcionario- un gran
porcentaje de productores con poca superficie, poca tecnología -algunos ni
siquiera tienen tractor- y sin respaldo técnico porque la superficie nos les da
para eso”.
A su vez, la “capacidad de mercadeo” es baja debido a la escasez de mano
de obra, “lo que hace que el pequeño productor esté 100% dedicado a la
producción y no pueda tener tiempo como para buscar alternativas comerciales”.
En estos casos, no tienen otra alternativa más que vender la verdura en la
puerta del campo a un comisionista que les paga un precio menor, según la
situación del mercado en el momento. “Tendría que haber un sistema de precios
estandarizados para saber bien cual es la diferencia entre el precio de venta
en quinta y en el mercado; al regirse por la oferta y la demanda eso fluctúa
todos los días, un día a lo mejor (el quintero) resigna 100% y al otro día un
20%, depende de lo que se esté vendiendo en ese momento en el mercado”.
Belavi afirma que la mayoría se maneja con comisionista, aunque creció
bastante el número de productores que van a vender al mercado. También existen
los productores que venden en verdulerías -para eso necesitan transporte y
logística- y los verduleros que van a las quintas. “Cuanto más escalones avance
en la cadena, más renta tiene; esa es la lógica”, precisó jefe de la AER, quien
agregó que la extrema volatilidad de los precios incluso le impide a los
técnicos trabajar con cálculos de rentabilidad para el sector.
Las estadísticas del INTA -aunque no son tan actuales- demuestran que
además de reducirse la cantidad de productores se fueron achicando las
parcelas. En 2001 había 297 quinteros, de los cuales la mayoría (116, el 39%)
trabajaban entre 5 y 10 hectáreas y sólo 81 (el 27%) lo hacía en superficies
menores a 5 hectáreas. En 2008 el total se redujo a 229 horticultores, de los
cuales 130 (57%) explotaba menos de 5 hectáreas y sólo el 28% (64 productores)
lo hacía en campos de entre 5 y 10 hectáreas.
Los registros también dan cuenta de una reducción de la superficie en
producción. Las 3.553 hectáreas que había en 2001 se redujeron a 1.939 en 2008.
Otra realidad
La realidad en el cinturón santafesino es bien diferente a la de la
costa, donde la mayoría de los 190 productores son propietarios de la tierra,
se especializan en “hortalizas pesadas” y están más tecnificados. La diferencia
tiene bases culturales: “en Santa Fe siempre se usó la mediería, mientras que
en la costa -por las crisis del sector- se fueron especializando en cultivos
específicos como maíz dulce y zanahoria que a su vez permiten una mayor tecnificación,
dando respuesta al problema de mano de obra”, indicó Belavi. Por ejemplo, entre
los productores de zanahoria hay sembradoras neumáticas y cosechadoras, además
de pulverizadoras autopropulsadas con las que controlan malezas utilizando
herbicidas, mientras en el cordón santafesino se hace en forma manual pagando
jornales.
En la periferia de la ciudad la mayor siembra de cultivos de hoja
responde a la demanda de la ciudad, mientras que la producción de la costa
(zapallito, berenjena, maíz dulce, tomate) va hacia otros mercados. Aunque los
santafesino quisieran volcarse a esas variedades “no les daría la superficie
porque no podrían generar el volumen necesario para abastecer esos mercados”.
La medida es “un equipo” (un camión), que mientras en la costa puede
completarse en un campo o en un lavadero, en cinturón santafesino tendría que
recorrer muchos campos con el costo extra que ello implica.
En tal situación la incorporación de tecnología se presenta como una
posibilidad para optimizar el negocio. “Por eso apuntamos al mulching y el
riego por goteo fue para disminuir el costo de mano de obra en desmalezado y
riego; y también aumentar rindes con fertilización y hacer un uso más racional
del agua”, explicó el titular de la AER en referencia al objetivo de los grupos
de Cambio Rural.
Probar y animarse
Marcelo Bossio es el promotor asesor de uno de esos grupos de Cambio
Rural, que abarca productores de Monte Vera, Chaquito y Angel Gallardo. Son 8
quinteros con superficies de entre 7 y 9 hectáreas que se integraron un año y
medio atrás tratando de lograr pequeños objetivos como incorporación de
tecnologías, compras de insumos en forma asociada o introducir algunos cambios
en la comercialización. “Todo con la finalidad de ir subsanando los cuello de
botella de los productores como la comercialización, mano de obra y oscilación
de precios”, apuntó el técnico.
Aunque no es posible manejar el precio de venta, y “no es sencillo
comercializar en conjunto porque hay una tradición de venta individual”, si se
pueden ajustar los costos.
El ensayo de este grupo se realizó en el campo de uno de sus miembros y
consistió en la siembra de tres variedades de lechuga sobre mulching con riego
por goteo y fertilización. Aunque aún no arribaron a las conclusiones finales
que permitan evaluar la relación costo-beneficio, los resultados productivos
fueron muy positivos. La variedad mantecosa tuvo un rinde equivalente a 22.800
kg/ha, 22% superior a la media para esta época del año. La Crespa, con 24.200
kg/ha, mejoró 25% la media. Y la repollada logró 39.500 kg/ha, 64% más que lo
habitual. En los tres casos la densidad equivalente fue de 68.000 plantas por
hectárea.
“La idea es que sea un ensayo para que otros vean los resultados; tanto
los beneficios como los inconvenientes que puede presentar la tecnología”,
comentó Bossio. “Creo que todos los cambios -agregó- tienen que empezar de esta
forma; comenzando a probarlo y mostrándolo y es el mismo productor el que se va
a dar cuenta o no si le será útil esa tecnología”.
El grupo trabaja reuniéndose una vez al mes y el asesor visita dos veces
todos los meses a cada integrante. “Se plantean las posibilidades de introducir
cambios, se hacen consultas ante problemas como plagas o enfermedades”, dijo el
coordinador. A diferencia de otros sistemas grupales que comparten información
horizontalmente (por ejemplo los grupos CREA que presentan los números y las
experiencias de su empresa a sus pares), “son más consultas hacia el asesor”.
Bossio aclaró que, como ocurre con cualquier tecnología, cuando se
intenta expandir o generalizar técnicas nuevas siempre generan alguna
resistencia. “Pero en la medida que la gente vea los beneficios que tiene, que
apunta a mejora la calidad y disminuir costos, sobre todo en desmalezado, van a
tener más interés”, se entusiasmó.
“La capacidad de mercadeo es baja debido a la escasez de mano de obra,
lo que hace que el pequeño productor esté 100% dedicado a la producción y no
pueda tener tiempo como para buscar alternativas comerciales”
Ing. Agr. Ariel
Belavi
Jefe AER INTA Santa
Fe
Calidad. Al minimizar el contacto con
el suelo la verdura sale del campo más limpia y puede venderse mejor.
Fotos: Juan Manuel Fernández
El aporte del Estado
Mediante una labor conjunta que integra a grupos de productores, un
asesor técnico privado y profesionales del INTA, Cambio Rural promueve la
búsqueda de alternativas que permitan incrementar los ingresos, elevar el nivel
de vida, generar nuevas fuentes de empleo, retomar el proceso de inversión y
posicionarse mejor en los mercados.
El nombre formal es “Programa Federal de Reconversión Productiva para la
Pequeña y Mediana Empresa Agropecuaria” y fue creado en el año 1993 por la
Secretaría de Agricultura de la Nación. En la actualidad trabaja junto con
1.347 grupos y más de 13.500 pequeños y medianos emprendedores agropecuarios.
El principal objetivo es asistir al productor en la organización y
gestión de su empresa, la producción, la transformación y la comercialización,
con la finalidad de mejorar sus ingresos y facilitar su integración a la cadena
agroalimentaria.
Doble propósito. El plástico
utilizado (mulching) es bicolor, lo que da la posibilidad de darlo vuelta para
aprovecharlo del lado blanco en verano.
Para tener en cuenta. Por las
características del agua en al zona, el goteo puede endurecer el suelo y es
recomendable levantarlo a los dos años para un descanso.
Muy buena nota. Felicitaciones!!!!!!!
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